Cuando el cesto se llena, se cierra la bolsa, se saca afuera a la espera de que el recolector pase por ella, se coloca una nueva bolsa y el ciclo vuelve a empezar. Proceso este, bien conocido por todos, pero ¿Qué pasa después con esos residuos? ¿Alguna vez se han hecho esa pregunta?
La realidad es que la basura no desaparece después de que se la lleva el camión recolector. Entonces, ¿Qué hacer con esto? El primer paso es formularse la pregunta, porque ello es siempre una invitación a pensar, y con ello, la posibilidad de instalar algo diferente.
Pensar hoy la cuestión ambiental, no debería ser un tema de esnobismo o moda, debería dársele la importancia que merece. Y aunque en materia ambiental pareciera que siempre estamos llegando tarde, creo que nosotros, como ciudadanos y los gobiernos, deberíamos comenzar a pensar más seriamente en el asunto y orientar acciones y políticas, hacia un consumo responsable y hacia una gestión y tratamiento eficientes de los residuos.
La clave es reutilizar
La manera más eficiente de gestionar los residuos, comienza en las etapas iniciales y tiene que ver básicamente con no producirlos, o producirlos al mínimo. A ello apuntan las normativas que prohíben, por ejemplo, los plásticos de un solo uso. Lo cierto es que una vez generados, los residuos nos obligan a pensar en qué hacer con ellos. Muchos pueden ser reutilizados, volviendo así al circuito, y otros, requerirán de algún tipo de procesamiento o tratamiento para poder seguir siendo aprovechados.
Porque, además de ser actualmente un problema, la basura tiene el potencial de convertirse también en fuente de recursos que pueden destinarse a la producción de nuevos productos. Como es el caso de las maderas, tejas y chapas fabricadas a partir de plástico recuperado.

El reciclaje y la reutilización, aparecen pensados desde un modelo de economía circular, en el que son ideas centrales. La utilización eficiente de los recursos y la reutilización de los mismos a través de procesos que permitan reintroducirlos en el circuito económico. Reutilizar resulta siempre menos costoso y de menor impacto ambiental que la extracción y producción de materias primas.
Una oportunidad para todos
A estas aristas, ambiental y económica, habría que añadirles una social. Sabemos que gran parte del reciclaje, es llevado a cabo de manera informal, por personas en situación de pobreza que obtienen de la basura algún tipo de ingreso que les ayuda a subsistir. Posiblemente, el mayor desafío sea pensar en cómo generar nuevas oportunidades de negocios, y con ello nuevos empleos a partir de la gestión y el tratamiento de los residuos, incluidos en el circuito formal de la economía.
Pensar en la ciudad y en el mundo que queremos habitar, como ciudadanos consientes y con un rol protagónico activo, nos lleva a reflexionar sobre estas cuestiones. Desde una perspectiva integral, que tenga en cuenta tanto lo ambiental, como lo económico y lo social.
Estamos en una situación de crítica en cuanto a lo ambiental, y es responsabilidad individual y colectiva, dejar de barrer bajo la alfombra y empezar a hacernos cargo de estos asuntos. Ya que lo que hoy representa un problema, pueda ser una oportunidad mañana.
Un comentario
Me parece excelente propuesta, también concientizar al ciudadano q lo haga , y eso solamente se logrará con multas o algún tipo de castigo , así colaboramos todos.